Me parece que con mi opinión sobre este filme no voy a hacer precisamente muchos amigos, pero tengo por costumbre decir claramente lo que pienso cada vez que escribo. Esta es la tercera “película” que tengo la desgracia de visionar habiendo leído previamente una multitud de críticas alabando lo buenas que son. Si bien “Réquiem por un sueño” y “Brick” me parecieron malas, esta de “Hierro 3” es que ya no tiene ni nombre. Estos son algunos piropos que se han vertido sobre el filme que nos atañe: “sublime, exquisita, magnífica, insuperable, perfecta, pura poesía, una delicia, mágica, genial, preciosa, una obra maestra, una obra de arte”. Soy incapaz de entender como alguien puede calificar de ese modo a semejante mierda. Y sí, eso es lo que me parece este engendro que no hay por donde cogerlo.

Comprendo que hay amantes de las rarezas cinematográficas, que les gustan esos filmes vanguardistas que innovan, pero por el amor de dios hay que poner un límite, ¿no? De lo contrario, va a llegar el día en el que alguien exponga en un museo una escobilla de un váter clavada en una lata de coca-cola y las masas de intelectuales serán capaces de hasta partirse las manos aplaudiéndole.

“Hierro 3” no es más que uno de esos estrambóticos experimentos que nos llegan de vez en cuando desde el cine asiático. Una película con una trama que no tiene ni pies ni cabeza, con unos protagonistas que no se sabe el porqué no hablan durante toda la película, y para colmo narrada de forma repetitiva y soporífera. Vamos a ver, el cine mudo dejó de estar de moda hace muchísimos años. Si quieres hacer un filme donde no se hable para parecer original y que eres la leche dirigiendo, por lo menos da un motivo para eso, una explicación, una razón, algo que justifique esa actitud y ese comportamiento de los personajes, porque si no lo haces se convierte en una soez de la peor calaña.

Luego, tenemos el asunto de la banda sonora. Si sólo tienes una canción para el filme, úsala para momentos puntuales. No satures el metraje una y otra vez con el mismo tema porque acaba poniendo de los nervios al más santo.

Si la historia ya era irreal por sí misma, en el último tercio del metraje se convierte en un completo disparate donde hay personajes que hasta aprenden a hacerse “invisibles” (las escenas de la cárcel, y la del pitorreo de los protagonistas al marido durante la comida, es que no tengo palabras para describirlas… hay que verlas para creerlas). ¿Y dónde me dejas esa frase al final que quiere darle sentido a todo lo que has visto?... hombre, por favor, si parece sacada de una pegatina de regalo de un paquete de pipas.

Resumiendo, “Hierro 3” es una película pretenciosa, surrealista, superficial, coñazo, sobrevalorada, pedante, aburrida hasta decir basta, ridícula, llena de tonterías, apática, disparatada… Es incluso peor que una de esas películas que se venden en las gasolineras.