De esta serie sólo puedo hablar cosas buenas porque sin duda se lo merece. Sé que es muy difícil darle a una serie un 10 en su valoración, ya que siempre hay alguna cosilla que no convence, algún personaje penoso, alguna trama floja o alguna temporada que se estira para hacer caja. Esta es una de las pocas veces en las que no puedo poner ni una sola pega a lo que he visto y, además, quiero hacer hincapié en que no es habitual presenciar una serie de 5 temporadas donde no haya capítulos de relleno ni tampoco se estire la historia como un chicle para ganar más dinero con ella. En mi opinión, lo único malo es la fama que le precede porque ya se sabe que cuando lees en todos sitios que es la mejor serie de todos los tiempos, que es una joya cinematográfica y demás halagos pues te haces grandes expectativas que luego pueden no cumplirse.

Mi primera impresión ya fue muy buena en la primera temporada, igual que con todas las series de la HBO, aunque quizás la viera un poco lenta en su desarrollo. Los capítulos duran una hora cada uno y suelen tener un ritmo narrativo muy pausado. La factura técnica es excelente y el enfoque de la serie es de corte totalmente realista. Me pareció una serie interesante, de esas que te van calando poco a poco si tienes paciencia con ella. Cuando finalmente terminé de verla tuve la sensación de haber visto la mejor serie policiaca de cuantas he visionado en mi vida.

La serie está confeccionada con un realismo extraordinario. Esto se nota en todas las facetas, en sus más mínimos detalles, desde luego se han esforzado para hacer verosímil lo que ves en la pantalla. Muchas veces hay películas que echan para atrás por su falta de credibilidad, lenguaje irreal de los delincuentes, giros de guión que no se los cree ni el propio director, etc. Pues bien, aquí no tendrás ningún problema con esas cosas. No tengo ninguna duda de que es la mejor serie que he visto sobre el narcotráfico (el duelo entre la policía y los delincuentes a lo largo del metraje te deja muy buenos momentos de cine). Además, lo hace ofreciendo una visión desde los dos puntos de vista, lo cual se agradece.

Los personajes evolucionan acertadamente y son de lo más variopintos. Llama poderosamente la atención que son muy humanos, no hay héroes o monstruos definidos (los policías y narcotraficantes harán tanto cosas buenas como malas). Me ha gustado bastante el estilo de la serie en la que no gana nadie claramente… todos pierden algo en la guerra contra las drogas (policías y maleantes tiroteados, condenas cortas o inexistentes para los capos importantes, policías degradados en sus cargos por enfadar a sus jefes, etc.)

“The Wire” es una serie que deja momentos inolvidables como los trapicheros con sus tejemanejes en las esquinas, el impresionante personaje de Omar, los velatorios de los policías en el bar o el pique entre el detective McNulty y el Comisario Rawls. En definitiva, os la recomiendo a todos porque es una serie de las que dejan huella.