"Cyborg Soldier" es un filme mezcla de acción y ciencia-ficción con un aire a película de serie B. En cierto sentido me ha recordado al cine que se hacía en los 90, donde no había efectos digitales. El guión es simple: Lindsey (Tiffani Thiessen) es una agente de policía de fronteras que un buen día, sin quererlo ni beberlo, se topa con Rich Franklin, un supersoldado creado por ingeniería genética y lo último en nanotecnología, que se ha escapado de un centro de experimentación militar ultrasecreto. Juntos emprenderán una desesperada huida hacia delante, siendo perseguidos por sus malvados creadores sin escrúpulos, que ansían recuperar a su "experimento" cuanto antes y que harán literalmente lo que sea para tratar de atraparlos. El filme es entretenido a ratos, sobre todo porque una cacería humana siempre impregna de dinamismo y movimiento a cualquier película. Tiene acción pero no está realizada con mucha espectacularidad que digamos, además hay menos ostias, escenas violentas y explosiones de las que cabe esperar en un filme de estas características. Tampoco cabe exigirle demasiado a este producto porque no es una superproducción hollywoodiense en la que se hayan gastado millones de dólares. En resumen, el filme es un aceptable entretenimiento, para pasar el rato sin más. La historia no tiene mucho que contar, los malos persiguen a la pareja protagonista en un guión que toma cosas prestadas de otras películas, y con hechos que se explican muy a la ligera, casi de pasada. Es similar a "Soldado universal" o a la infumable "Solo, el destructor", siendo inferior a la primera y mejor que la segunda (esto tampoco era harto complicado). Lo mejor es la veteranía que aporta Bruce Greenwood a la cinta, el final que no te lo esperas precisamente así, y sobre todo que sólo dura 84 minutos. Lo peor es que es previsible casi por completo y sus efectos especiales patateros. La verdad es que tampoco se puede sacar mucho más en un producto como este.

Sobre las interpretaciones: Tiffani Thiessen está correcta sin más, me ha hecho gracia en algunas escenas donde ponía cara de flipada cuando veía lo que estaba haciendo su compañero "Cyborg". Rich Franklin, que es luchador profesional en la vida real, da el pego como el musculitos de turno que reparte mamporros con mirada fría y cara inexpresiva. Por último, Bruce Greenwood interpreta al malo malísimo de la historia y es el único que aporta una interpretación un poco meritoria.