Si hay una película que se ha desviado de la trayectoria de "Matrix" es "Revolutions", que se interesa más por la acción desmedida sin sentido que por el guión. Y es una pena porque con lo fascinados que estabamos con la primera entrega y con el ritmo trepidante de la segunda, con un final decente nos hubiéramos conformado, ya que sabíamos que la saga iba a desinflarse tarde o temprano. Pero es que en "Revolutions" aquella idea genial de "Matrix" ya no existe por ninguna parte. Este filme es una gran decepción, carente de guión, una tomadora de pelo de proporciones astronómicas, dónde se usa de manera indiscriminada los efectos especiales y se abusa de la acción. "Revolutions" es la película que debía poner punto y final a la trilogía de "Matrix" y no ha estado a la altura de las expectativas. Sí, está repleta de acción y con efectos especiales alucinantes, pero es tremendamente aburrida y sin interés. Se practica el más difícil todavía con un nivel de enrevesamiento que supera los límites para caer en el más absoluto ridículo. El filme está alargado sin motivo, es más lenta de lo que se necesita para comprender la trama y sin nada que la enriquezca. Tras verla, me vino inmediatamente a la cabeza la tan popular frase de "la cagaste Burt Lancaster", la cual resume muy bien lo que han conseguido los hermanos Wachowski con "Revolutions" como broche de la trilogía.