Todo mal.

Pripyat, ciudad de los trabajadores de la central de Chernóbil, no tiene ningún protagonismo. La acción podría ocurrir en el barrio de Los Colorines de Badajoz y la película sería exactamente igual (incluso daría más miedo). Lo que quiero decir: el ambiente no tiene presencia para nada, solo está de fondo y poco más. Se podría haber aprovechado mucho más Pripyat y toda la mística y misterio que puede rodear a un lugar como éste, como hizo Tarkovsky en "Stalker" unos años antes del desastre, como anticipándolo; o los videojuegos de la saga S.T.A.L.K.E.R, los cuales también ocurren en una Pripyat paranormal con la diferencia de que lo hace mucho mejor que esta película.

La ciudad no luce no más que un par de planos de la feria y la central nuclear al fondo. Además como gran parte de la película transcurre en la oscuridad, pues poca Pripyat vemos. Y para más inri no se ha arriesgado nada; la cámara, que por alguna razón parece que la lleve alguien con pulso de vieja (tal vez se trata de un intento fallido para intentar narrar la historia en un falsa primera persona por temas de inmersión y todo el rollo), no se mueve más allá de los personajes clichés, impidiendo que veamos nada más (tal vez queriendo con ello que nos mantengamos en tensión por desconocimiento. P.D: no funciona).

Luego está el terror o horror que, cómo no, se basa en dar sustos y poco más. No hay tensión excepto en los momentos antes que preceden el susto aunque hay algunos momentos que sorprenden. Lo único bueno que logra para mí la película es que al menos no te cuenta el chiste, no te dice desde el principio que hay ni los personajes son súper obvios, aunque desde el comienzo de la peli ya te imaginas que tipo de elemento de terror va a estar presente. Esto falla un poco cuando te das cuenta de que los personajes son planos y clichés, no encajan con lo único que han hecho bien y la cosa se descalabra.

Tampoco se aprovecha nada el relato interno de la película sobre el gobierno y su conocimiento de lo que pasa en la ciudad, haciendo acto de presencia y en forma de final "deus ex machina".

Tal vez si el film hubiese durado algo más y se el concepto lo trabajasen un buen director, director artístico y de fotografía, hubiésemos tenido una obra decente, pues Chernóbil y Pripyat son unas localizaciones (y temas) golosas que pueden dar mucho juego.