Puedes coger cualquier película de Tarkovsky y darte cuenta de por qué es el poeta del cine. "El espejo" es, sin duda, uno de los máximos exponentes de esta poesía.

Este film nos muestra la vida de Tarkovsky de un modo poco común: no usa una narrativa lineal ni convencional, los actores son los mismos para distintos personajes y distintas épocas, lo muestra sin tapujos; la voz en off es tan importante como los diálogos, pues a través de los poemas de su padre, Arseni, expresa los sentires del momento, acompañando con suculentas imágenes y escenas cotidianas, costumbristas.

Si algo es indiscutible es que el apartado audiovisual de esta película es digno de pasar a la historia: la luz, la fotografía, y los colores (aunque muchas escenas son en blanco y negro) son preciosos y ayudan a dar una atmósfera muy característica y personal, casi de cuento de hadas, de una poesía bohemia o de un sueño. En cuanto al sonido, ¡oh, el sonido! Como parece ser característico de Tarkovsky, al director le gusta que el sonido ambiente, los más mínimos ruidos (crepitar del fuego, correr del agua, el movimiento por el viento, etc), tengan una presencia tal o mayor que cualquier sonido humano. Todo esto combinado en perfecta armonía hacen de "El espejo" la película más envolvente y #aesthetic que haya visto. Y la sensación de envoltura es curiosísima porque no te transporta solo a la escena, a la acción, sino que Andrei logra llevarte al sentimiento, los diálogos; a lo onírico y fantasioso. Transportarte a un lugar físico es relativamente fácil, hacerlo a un lugar mental o emocional ya es otro nivel.

Aunque para mí se merece un 10 por todo lo anterior y más, he tenido que ponerle un 9 porque la película tiene una carga que puede echar atrás a mucha gente aunque a mí me encante: "El espejo" es una obra personal, demasiado personal, usa muchos símbolos a los que tenemos un difícil acceso, es hermética. Esto, combinado con su extraña, vanguardista y experimental estructura narrativa y su peculiar fluir del tiempo hace que todo pueda llegar a ser muy confuso y resulte ajeno, por lo tanto puede hacer que el espectador lo rechace. Por eso le pongo un 9 y no un 10, porque es una película a la que hay que ir predispuesto, prediciendo lo que te vas a encontrar y que sepas que no te vas a sentir incómodo con lo que vas a ver. Y esa es una actitud que no tiene todo el público.

Aún así, magistral, Tarkovsky.