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Voto de jesafe:
7
6,2
37.016
Thriller. Acción. Ciencia ficción
Armado con tan solo una palabra –Tenet– el protagonista de esta historia deberá pelear por la supervivencia del mundo entero en una misión que le lleva a viajar a través del oscuro mundo del espionaje internacional, y cuya experiencia se desdoblará más allá del tiempo lineal. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2020
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nolan ha vuelto. Y lo ha hecho reafirmándose como uno de los mejores directores trabajando en la actualidad y (por qué no decirlo) de la historia del cine. En mi caso personal, casi todo empieza, se reduce y acaba en él. Es uno de esos nombres que se ha convertido en un emblema mayor que sus propias películas. Eso sí, mucho cuidado. Porque esta "Tenet" es una paradoja de las gordas. Ni palíndromo, ni nada. Es un videojuego controlado por su director pero cuyos cabos les toca al espectador atarlos. Y eso es un reto de los que puede que varios no salgan de una pieza o crean que la película es algo que no es. Es una experiencia, más que un sentido. Habiéndola visto dos veces (17:00 en castellano y 22:10 en VOSE, recién la termino y escribo la que será mi primera crítica tras tanto voto) puedo decir con confianza que es una matriosca de vueltas y revueltas, una trama que empieza en la acción y acaba en la acción. Que te golpea la cabeza una y otra vez y te marea con sus toneladas de exposición, pero que la condenada no te suelta y no ceja en su empeño de emocionar hasta el final. Esta es la película en la que Nolan más se ha lucido con la acción -sabiendo que no hay CGI ni truco, aún en marcha atrás eso es gente actuando con una coreografía nivel dios-, pero también va a ser la que más divida en términos de argumento y conclusión. Aunque creo que eso es otro punto a favor: su toque de videojuego, de conecta tú la historia. Eso ayudará a que tal vez (si no me he equivocado), nadie pueda hacer un spoiler total al 100% para todo el mundo. Sí que se pueden decir detalles que arruinen el disfrute. Pero las conexiones y el sentido te pertenecen a ti. Tal vez no sea perfecta, muy seguramente no sea de las mejores y/o más accesibles de su director, o tal vez no estemos preparados para ella. Para es un apabullante, entretenido y espectacular reto. Y se perfila como el reto definitivo si otro estreno próximo no la bate. Ahora, spoilers... (Mi punto de vista, no el mapa de cómo entenderla -que nadie se confunda-)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Creo que toda la gente estaba pendiente de la peonza en "Origen", cuando en realidad era un drama sobre afrontar la pérdida y dejar ir. Numerosos revisionados después ya lo sabemos. Y creo que está "Tenet" utiliza la trama de espionaje y medias verdades internacional a lo James Bond como cortina de humo. Cómo peonza o alianza matrimonial. Lo que "Tenet" abarca son nuestros límites y el luchar por o contra nuestros impulsos más viscerales o más humanos. Es un pulso entre la solidaridad y la tiranía. Nolan siempre ha contado pequeñas grandes historias: historias que se mueven por creencias, confianza o por amor pero en entornos y alcance más grandes que la vida misma.
John David Washington es nuestro Avatar protagonista y arranca la historia en el meollo de la situación, sin entenderlo todo del todo, pero afrontándolo. Así mismo, termina la historia paradójicamente en el mismo meollo. Aún no sabe totalmente por qué ni dónde ha contratado al personaje de Robert Pattinson (mientras que anticipa su trágico final en la escena de mayor corazón de la cinta entre ellos dos), ni siquiera tampoco las reales motivaciones explicadas a mil por hora por un Kenneth Branagah desatado. Su objetivo principal es salvar a la mujer (genial Elizabeth Debicki) y al niño, así como de paso a la humanidad. Pero hace lo que hace por ella, la convierte en la misión y la complica por ella (véase cuando se enfrenta a sí mismo y Pattinson -impecable comodín, hilo rojo del protagonista y guardián protector de la trama que sólo él conoce de verdad- lo descubre). Desde ahí, ya no nos importa tanto la tercera guerra mundial que es el macguffin de la cinta, sino cómo se desarrolla una suerte de revisión del mito de Orfeo y Eurídice en el que tienes que confiar que todo irá bien y en el que no debes volverte a descubrir tu propio reflejo, tu propio yo. Aunque luego te des cuenta de que en realidad ése eras tú peleando contra ti mismo o escapando de tu maltrato de un salto libre al mar.
Por otro lado el Villano. No es consciente de su mortalidad hasta que le diagnostican el cáncer. Va de tigre rugiente, pero en realidad es un cervatillo asustado que busca la forma de mantenerse con vida y, de llegar el final, hacer que todos nos vayamos con él. Se engaña a sí mismo, maltrata a su mujer. Tiene el sentido justo, digno de los malos de Bond que querían cortar el globo en rodajas. Pero en el término de las emociones y los límites humanos tiene todo el sentido del mundo. Su complejo de Dios todopoderoso es la fachada perfecta para escoger a un hombre con buenos contactos y mejores recursos, pero que tiene miedo y al saber que no puede salvarse quiere llevarnos a todos.
Es la eterna reflexión de Nolan sobre la fragmentación del tiempo y el destino. De las decisiones que tomamos y qué consecuencias tiene para nosotros y para los demás. Desde "Memento" hasta la trilogía de Batman, pasando por "Origen" y desembocando en toques de "Dunkirk" (esa tensión con la música) e "Interstellar" (el poder verse a sí mismo, pero no poder tocarse por así decirlo). Es un juego de manos elaborado sobre el bien y el mal. Sobre cómo el héroe afronta su destino y cómo el villano trata de huirlo asustado. Sobre el actuar y proteger al inocente o el aislarse, ser egoísta y dejarlo morir o matarlo contigo. Algo realmente oportuno en tiempos del Brexit y el COVID-19. Teñido eso sí de explosiones espectaculares y escenarios que quitan el hipo. Es el blockbuster seguro más complicado en tiempo. Puro Nolan.
John David Washington es nuestro Avatar protagonista y arranca la historia en el meollo de la situación, sin entenderlo todo del todo, pero afrontándolo. Así mismo, termina la historia paradójicamente en el mismo meollo. Aún no sabe totalmente por qué ni dónde ha contratado al personaje de Robert Pattinson (mientras que anticipa su trágico final en la escena de mayor corazón de la cinta entre ellos dos), ni siquiera tampoco las reales motivaciones explicadas a mil por hora por un Kenneth Branagah desatado. Su objetivo principal es salvar a la mujer (genial Elizabeth Debicki) y al niño, así como de paso a la humanidad. Pero hace lo que hace por ella, la convierte en la misión y la complica por ella (véase cuando se enfrenta a sí mismo y Pattinson -impecable comodín, hilo rojo del protagonista y guardián protector de la trama que sólo él conoce de verdad- lo descubre). Desde ahí, ya no nos importa tanto la tercera guerra mundial que es el macguffin de la cinta, sino cómo se desarrolla una suerte de revisión del mito de Orfeo y Eurídice en el que tienes que confiar que todo irá bien y en el que no debes volverte a descubrir tu propio reflejo, tu propio yo. Aunque luego te des cuenta de que en realidad ése eras tú peleando contra ti mismo o escapando de tu maltrato de un salto libre al mar.
Por otro lado el Villano. No es consciente de su mortalidad hasta que le diagnostican el cáncer. Va de tigre rugiente, pero en realidad es un cervatillo asustado que busca la forma de mantenerse con vida y, de llegar el final, hacer que todos nos vayamos con él. Se engaña a sí mismo, maltrata a su mujer. Tiene el sentido justo, digno de los malos de Bond que querían cortar el globo en rodajas. Pero en el término de las emociones y los límites humanos tiene todo el sentido del mundo. Su complejo de Dios todopoderoso es la fachada perfecta para escoger a un hombre con buenos contactos y mejores recursos, pero que tiene miedo y al saber que no puede salvarse quiere llevarnos a todos.
Es la eterna reflexión de Nolan sobre la fragmentación del tiempo y el destino. De las decisiones que tomamos y qué consecuencias tiene para nosotros y para los demás. Desde "Memento" hasta la trilogía de Batman, pasando por "Origen" y desembocando en toques de "Dunkirk" (esa tensión con la música) e "Interstellar" (el poder verse a sí mismo, pero no poder tocarse por así decirlo). Es un juego de manos elaborado sobre el bien y el mal. Sobre cómo el héroe afronta su destino y cómo el villano trata de huirlo asustado. Sobre el actuar y proteger al inocente o el aislarse, ser egoísta y dejarlo morir o matarlo contigo. Algo realmente oportuno en tiempos del Brexit y el COVID-19. Teñido eso sí de explosiones espectaculares y escenarios que quitan el hipo. Es el blockbuster seguro más complicado en tiempo. Puro Nolan.