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Voto de Pedro GG:
43.122
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción
La malvada Primera Orden se ha vuelto más poderosa y tiene contra las cuerdas a la Resistencia, liderada por la General Leia Organa (Carrie Fisher). El piloto Poe Dameron (Oscar Isaac) encabeza una misión para intentar destruir un acorazado de la Primera Orden. Mientras tanto, la joven Rey (Daisy Ridley) tendrá que definir su futuro y su vocación, y el viejo jedi Luke Skywalker (Mark Hamill) revaluar el significado de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
21 de diciembre de 2017
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos están sintiéndose decepcionados con el episodio VIII de Star Wars, Los Últimos Jedi. Desde su estreno en salas, una gran mayoría ha coincidido en tacharla de sacrílega, inconsistente y banal.
La presidenta de Lucas Films, Kathleen Kennedy, junto al director de la cinta, Rian Johnson, y el director y productor ejecutivo J.J. Abrams, podrían revelar en las próximas horas que la cinta es sólo un cebo y que la versión auténtica se estrenará durante principios de 2018.
En este caso, se trataría de una estrategia ideada al más puro estilo Orson Welles, cuando allá en 1938 se burló de toda la población estadounidense causando el estado de alarma con la adaptación radiofónica de la obra de H. G. Wells, La Guerra de los Mundos.
De no ser así, y tratarse de un bulo, estaríamos ante una película fallida que podríamos poner a la altura de la Amenaza Fantasma y de Jar Jar Binks (que ya es decir). Significaría que Disney ha mancillado a los personajes más legendarios de la ciencia ficción y que los ha sustituido por Pokemon, los Power Ranger y las Tortugas Ninja, todo ello aderezado por un humor más propio de Salvados por la Campaña o de Big Bang Theory que de una película de la Guerra de las galaxias.
Significaría que Disney tiene comprado a un sector muy importante de la crítica profesional y que, aunque no tiene ideas para Star Wars, recurre a su maquinaria de vender humo, a los refritos y a las fórmulas mercantiles (porks, giros de guión y multiculturalidad moralizante) para intentar convencernos de que sus estrenos son acontecimientos mundiales.
Es preferible creer que no.
La presidenta de Lucas Films, Kathleen Kennedy, junto al director de la cinta, Rian Johnson, y el director y productor ejecutivo J.J. Abrams, podrían revelar en las próximas horas que la cinta es sólo un cebo y que la versión auténtica se estrenará durante principios de 2018.
En este caso, se trataría de una estrategia ideada al más puro estilo Orson Welles, cuando allá en 1938 se burló de toda la población estadounidense causando el estado de alarma con la adaptación radiofónica de la obra de H. G. Wells, La Guerra de los Mundos.
De no ser así, y tratarse de un bulo, estaríamos ante una película fallida que podríamos poner a la altura de la Amenaza Fantasma y de Jar Jar Binks (que ya es decir). Significaría que Disney ha mancillado a los personajes más legendarios de la ciencia ficción y que los ha sustituido por Pokemon, los Power Ranger y las Tortugas Ninja, todo ello aderezado por un humor más propio de Salvados por la Campaña o de Big Bang Theory que de una película de la Guerra de las galaxias.
Significaría que Disney tiene comprado a un sector muy importante de la crítica profesional y que, aunque no tiene ideas para Star Wars, recurre a su maquinaria de vender humo, a los refritos y a las fórmulas mercantiles (porks, giros de guión y multiculturalidad moralizante) para intentar convencernos de que sus estrenos son acontecimientos mundiales.
Es preferible creer que no.
