Me he apresurado a escribir esta crítica para decir que me he sentido estafada como espectador. Es una de esas películas cuyo final es tan malo que no puedes creértelo. Además de confundir, y de sonar a refrito, la escena de Ariadna Gil (lástima, una buena actriz) con su cuchillo en la mano luchando en la piscina en plan ninja es francamente PATÉTICA.
Y ojo con el escaso conocimiento de la patología esquizofrénica que tiene este hombre, su director. ¿Acaso no sabe que, por lo general, los esquizos suelen ver MÁS gente de la que hay en realidad, y no al revés? Sobre todo en los casos de esquizofrenia paranoide; aunque hay que ver qué variedad de esquizofrenia tendría esta pobre mujer, si la de Nicole Kidman en "Los otros" o la típica de las teleseries americanas donde el marido chuta a la mujer para matarla (que en este caso, creo, sería más bien para salvarla... para salvarse él... o, vamos, para salvar al espectador).
Lo cierto es que tú no puedes empezar una película que promete y terminarla como te viene en gana, sólo porque otros han hecho algo muy parecido antes que tú. A ver: "Los otros" ya está hecha, "El sexto sentido" también, "El resplandor" tiene ya incluso dos versiones... ¿qué hacemos?
Pues... ¡Ausentes!
El cine español sigue cayendo en picado, y tal vez debería hacerse un buen thriller sobre el tema.