Tomates verdes fritos es uno de los mejores guiones que he visto en el cine en toda mi vida, y contado además con mucho encanto. Una historia que a pesar de parecer estar dirigida al público femenino, conectará con todos los públicos al tratar muchos temas y problemas humanos de siempre. Lo que parece en un principio ser una historia leve, sin mucha relevancia, se va convirtiendo en un drama cargado de componentes y relaciones humanas. Se narran aquí en mayor o menos medida la amistad, el amor, la homosexualidad (solo se intuye), los maltratos, las desigualdades raciales, el asesinato, la fidelidad y la muerte. Nada menos que todos esos temas son abordados con gran acierto, igualándose en algunos aspectos con uno de los grandes clásicos del cine y de la literatura: Lo que el viento se llevó, con quien comparte además el marco de la vida en los estados sureños de EEUU.
Las actuaciones de las 4 protagonistas son excelentes, sobresaliendo Mary Stuart Masterson y Jessica Tandy, y consiguen crear personajes con mucho carisma.
Técnicamente la película no sorprende, ni tampoco lo pretende ni lo necesita, pues lo verdaderamente importante lo tiene a raudales: alma, carisma, magia, emoción. Gran película.