Siento si esta crítica no está muy elaborada y a la altura de esta gran película que me ha encantado. Sobre todo porque habla de la problemática aún no superada de la contradicción capital-trabajo y la lucha de clases en clave descriptiva, siempre acompañada de ironías y humor, un carácter para tratar el tema que no se espera y contrasta, liga a la perfección con la imagen realista, casi de documental o pintura costumbrista que la acompaña. Me chiflan la fotografía y la gama cromática elegida porque parece un lienzo que muta a alta velocidad por una historia sencilla llena de tragedia, resitencia y vida.
Pero qué hace de un relato tan común y de carga tan transcendental, algo que desde la butaca se presenta liviano y se asume fugaz. ¿Será la actividad de la revelación o la producción de unos trabajadores hostigados (y casi totalmente alienados de aquello que crean o podrían haber creado de ser libres, de disponer del tiempo y energía suficientes que los burgueses les arrebataron...)? ¿Qué es lo que una vez comienza a desencadenarse nos conduce frenèticamente por la conciencia y por la sucesión de fotogramas que componen esta obra?

Por respondernos y seguir preguntándonos acerca de cómo y cuánto de mejor podría ser el mundo merece la alegría verla.

Y aunque el protagonista es altamente machista, homófobo y racista "un destroyer", eso no es todo: "hay que comprenderle", no justificándolo, no consintiendo el estereotipo como algo que no deba descomponerse junto la revolución misma. Por todo ello hay que quedarse a verla completa, y también para apreciar lo que significa el empoderamiento y la subversión, pues si el individuo no es una máquina la "Massa" desde luego... ¡una invencible!