Tiene tanto dinamismo como el que presenta el fotógrafo protagonista, con una cámara que fluye inquieta y elegantemente por las calles de Londres y se recrea con gusto en los interiores.

En La aventura la desaparición era un pretexto, aquí un posible homicidio también, son elementos del thriller pero no pretenden crear suspense sino ser algo contundente con que provocar indagaciones en el interior de las personas.

Para mi es su mejor película, la que más fascinación me provoca y también resulta la más positiva y estimulante, oscila entre sugerencias y posibilidades varias como un entretenido juego de autoconocimiento personal.