No me ha desagradado al que muchos suponen el último buen trabajo de este cineasta pero es verdad que tampoco me haya parecido algo destacable.

Hay muchas cosas que me han gustado bastante como ese sentido de la aventura que suele tener los filmes de este hombre, la postura inicial del prota ante los nórdicos y como va apreciándolos progresivamente, la elegancia y lo bien narrado que está el momento en el que aprende el idioma de ellos a pesar de la falta de verosimilitud de ello, a pesar de meter el típico romance me gusta como está abordado por dos personas que piensan que le queda poco por vivir, el halo de misterio en el que está envuelto la naturaleza del enemigo, el excepcional primer ataque de los devoradores de cuerpos solventado en clave de terror, la entrada a la guarida o la música en algunos momentos.

Por otro lado, hay ciertas cosas que me han parecido medianías como el primer ataque a la aldea con cámara en mano en donde no se ve muy bien las acciones de la batalla, el último ataque a cámara lenta con ese Rey medio moribundo que no puede estar ni de pie y de pronto coge una espada para afrontar su destino (convencional donde lo haya) y cierto tufillo a lo '7 magníficos' que no me agrado precisamente.

Lo curioso es que Antonio Banderas no me pareció que desentonase mucho pero la verdad es que tampoco había ningún actor haciendo de nórdico que le pusiese en un serio aprieto a la hora de comparar.

Estamos ante una cinta de aventuras entretenida y en momentos con cierto sabor añejo pero que por otro lado tiene momentos lleno de concesiones y tics que provocan que la cinta no sea lo buena que podía haber sido.

Se habla de desentendimiento por parte de Crichton y Mctiernan, una auténtica pena porque muchas veces eso suele ser sinónimo de falta de homogeinidad en el resultado final de la obra y ésta tiene algunos indicios de ello.