Opino que cuando se hace un remake, reboot o secuela "tardía", se debe aportar algo nuevo al género en general, en este caso el terror, y a la franquicia en particular. Pondré como ejemplo a seguir la excelente "La mosca" (1986) de David Cronenberg, remake de la también interesante "La mosca" (1958) de Kurt Neumann, y que no se limita a repetir el esquema, sino que lo potencia, ofrece un enfoque nuevo, una nueva atmósfera y una nueva forma de dar "miedo", aportando la firma del autor por un lado, y la marca de una época por otro. Éste no es el caso de La noche de Halloween (2018), que es una secuela más (y no de las mejores), fácilmente olvidable, y que se sustenta, como casi todos los remakes, reboot o secuelas de ahora de películas clásicas de los 70 y 80, en la melancolía del espectador, con una obsesión por sacar al personaje en todo momento para realzar al icono, al igual que el leitmotiv musical, y sus variantes, sonando de una manera insistente a cada segundo, lo que devalúa tanto al personaje como a la música. Dejando el guión a la deriva, con agujeros enormes, situaciones imposibles, personajes acartonados y planos, sin pararse a crear atmósfera o suspense, teniendo varias escenas de verdadera vergüenza ajena. A diferencia de la original que sí aportó algo nuevo al Slasher, no aportar nada, salvo la versión "Sarah Connor" de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis)..