Lars y una chica de verdad es como pocas películas que hemos visto antes, es definitivamente una película que no olvidaras en muchísimo tiempo, y es que debo confesarles que cuando inicialmente la estaba viendo me pareció un poco lenta al principio pero terminó por aferrarme de principio a fin. Lars es el típico Esquizotipico (trastorno de la personalidad en medicina que describe a personas retraídas, faltas de afecto y carácter emocional con ideas excéntricas y con ilusiones excepcionales sin caer en las alucinaciones esquizofrénicas), vive en un garaje y su vida es simple. El pueblo quizás el pueblo de cualquier comunidad en el mundo con la única diferencia que sus personajes entrañables parecen salidos de la más hermosa ficción. De verdad Lars y su novia logran cautivarte por el tiempo que dura la película, lograra sacarte momentos de risa, de pena, de desatino pero simplemente es de esas películas que logra autocriticarnos sin perder su sentido.
Todos tenemos un poco de Lars y sin embargo pareciera que en ocasiones nos molesta ver su actitud, en ocasiones nos atrae ver como aprende a ser menos parecido a lo inanimado y mas parecido a lo real. Creo que Lars y la chica de verdad logra conseguir moraleja sin proponérselo, destacable las escenas creadas en la mente de la guionista y del director que sin duda te dejaran perplejo por su imaginación. Te recomiendo enormemente ver Lars, pero si acaso dudas, siéntate en la silla con el alma vacía; de seguro saldrás con una nueva imagen.