Reconozco qué la actuación de Andersson es tremenda, el juego de luces y sombras genial y los escenarios, tanto la sobriedad del hospital como la desbordante serenidad de la casa, me parecen muy acordes a la historia, pero, la película no me ha gustado, así de simple. No me transmitido nada, excepto el de la locura ilógica carente de un sentido general, siendo todo ella sólo una sucesión de hechos, perturbadores, pero sin un contexto o nexo. La definiría como la irreflexión del sinsentido.

Donde muchos ven genialidad, yo sigo viendo en este director indigestión, me cuesta tragar sus films, entenderlos o qué simplemente me atraigan, no me transmiten nada y lo único que consiguen en mí es apatía y desilusión, ya qué siempre espero ese sabor que cambie mi opinión, pero parece que esta vez, el soso vuelve a ser el plato principal.

En fin, para gustos están los colores, y las letras para opinar, respeto la inmensa mayoría, pero yo pertenezco a esa inmunda minoría qué ama el cine, pero no el de Bergman.