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España España · El árbol de la ciencia, calle Pío Baroja
Voto de Lulita:
9
Drama. Romance Madrid, otoño del 2002. Pablo López es un tipo normal. Tiene treinta y tantos años, trabaja en un banco de inversiones y está harto de todo. Un lunes, a las 9 de la mañana, en un atasco en pleno centro de la capital, su coche se empotra contra el descapotable Sonsoles, la chica más excéntrica de Madrid, que lo mete en un lío monumental con la policía y el seguro. Así que Pablo, para hacer más llevadero un otoño tan tedioso, decide ... [+]
30 de agosto de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué se llama bolchevique? ¿Qué tiene que ver la política con la historia que se cuenta en la película? Nada. Es que... nada que no sean ellos, María y Pablo, importa en la película. "Bolchevique" es, sencillamente, cómo definirían la relación si alguien se les pidiera a ambos sintetizarla en una única palabra. María se enamoró de Pablo, y en su mente le recuerda como el "bolchevique"... Eso a Pablo le desconcierta, le dice que sólo era una coña, pero... sonríe igualmente. Esa ilusión... Gracias a María, la ha vuelto a encontrar.

Hay tanto que decir de la película. Es increíblemente bella en todos los sentidos. Si hubiera un pero, sería quizá el lenguaje chabacano y desagradable que emplean los personajes a menudo (cosas de adaptar una novela que no es tan buena como lo parecería a juzgar por la película). Madrid es la nueva Venecia: en toda la película contemplamos los hermosos paisajes del Madrid otoñal. Coches, gente, edificios, parques... Todo se mueve de una manera tan parsimoniosa, armónica. Es la vida pasar, todos buscando su hueco en ella.

La manera de definir a los personajes. Es sutil: poco a poco, a través de frases, gestos y actos, vamos dándonos cuenta de cómo es Pablo y cómo es María. Ninguna escena la considero superflua. Cada una define al personaje.* Me gusta que se tomaran el lujo de usar la delicadeza.

En un Madrid otoñal y gris, destaca el vivo color rojo. El color preferido de María, y por el cual Pablo siempre consigue reconocerla. Brilla de lejos, es una llama de esperanza en medio del frío gélido y doloroso de la soledad y la crueldad. Pero ella no es consciente de todo ello aún. Es muy joven, y aún da tumbos por allí y allá. No se siente parte de nada. Hasta que conoce a Pablo... y se queda encandilada. Qué enorme responsabilidad para Pablo. Un tesoro de inocencia y juventud, un diamante en bruto, en sus manos. Literalmente. La niña quiere aprender de Pablo, quiere que le enseñe qué es la vida, y si alguna vez podrá disfrutarla. Pablo está aterrado ante la responsabilidad de la posibilidad de tener que descubrirle la realidad. De enseñarle que él no es tan bueno, y de que la vida es más injusta y asquerosa de lo que ella podría creer... Abandonarla supone hacérselo descubrir. Hacerla feliz dándole lo que tanto anhela... ¿será buena idea?

Habrá que ver la película para saberlo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lulita
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