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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
8
Terror. Intriga La estudiante Aya Tsukimori queda maldita, y es incapaz de salir de su habitación en la escuela. Mientras tanto, muchas estudiantes empiezan a informar de avistamientos de fantasmas en la escuela, mientras que otras desaparecen, apareciendo luego ahogadas de manera misteriosa. Aya intentará comunicarse con la estudiante Michi Kazato, que empieza a investigar las desapariciones de sus compañeras. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí; esta película, de la que no esperaba absolutamente nada, ha resultado ser el film "J-Horror" del que más he disfrutado en muchos, muchos años. Una auténtica delicia. Y no, no estoy diciendo que sea perfecta: tiene ciertos giros de guión dignos de Lindelof puesto de tripis. Pero, oye… El chute de buenas sensaciones y el orgasmo retiniano que me ha dejado “lo bueno” ha sido tan brutal que le perdono lo torpón de buena parte del desarrollo narrativo.
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Lo primero, un aviso a navegantes: Esta película se vendió como la adaptación de la famosa saga de videojuegos de terror Project Zero (Fatal Frame) y NO lo es en absoluto: Es una historia completamente independiente cuyo único nexo de unión con la franquicia es un serie de guiños y homenajes menores: el nombre de algunos personajes, un doppelgänger, un par de gemelos, un cordón rojo, una vieja cámara decimonónica que fotografía un fantasma.... Al parecer, la directora ya tenía perfectamente claro qué quería contar mucho antes de que los de Nintendo le soltasen pasta a cambio de poner "Project Zero" en el título (viniera a cuento o no). Así que puedo entender que algún fan especialmente talibán pueda cabrearse, pero no es mi caso. Yo, que idolatro insanamente la saga, prefiero mil veces algo como esto a una adaptación “fan service” que ensucie la reputación del producto con chorradas pueriles.

Dicho esto, a la película:

Estéticamente, es una MARAVILLA. Así de claro. Me dejo las manos aplaudiendo. Es probablemente una de las películas más preciosistas y mejor fotografiadas que he visto en mi puñetera vida. Impresicindible verla en HD y en pantalla grande: cada fotograma un homenaje directo al romanticismo pictórico inglés (en especial a la “Ofelia muerta” de Millais) donde nada, ni la luz, ni el color, ni la composición, se dejan al azar. El resultado, en combinación con los hermosos y lánguidos rostros de las protagonistas, es de una belleza hipnótica y apabullante. De hecho, no disfrutaba tanto con lo puramente visual de una película desde Argento… Una comparación a lo mejor no tan descabellada: esta película, que transcurre en un internado femenino como Suspiria, tiene también un soundtrack sospechosamente parecido.

¿Dónde está el problema? Pues en el guion, que deja mucho que desear: La primera hora es sobresaliente y te mantiene completamente pegado a la pantalla (conviene aclarar que el film tiene más de thriller sobrenatural que de película de terror al uso). Pero, pasado ese punto, la cosa empieza a desbarrar dando un par de giros completamente surrealistas. Así, por ejemplo, la introducción de cierto “médium” maquillador de cadáveres me parece un completo despropósito que solo puedo entender en la medida que la tal Asato le dé al sake más que la cuenta.

Pero, sobre todo, donde el guion pierde completamente toda verosimilitud y seriedad (una lástima) es en la resolución de la trama. Especialmente, cuando se nos muestran los verdaderos “malos” de la historia, culpables de la maldición que azota el internado, y nos explica sus inverosímiles motivaciones. Evidentemente, no voy a hacer spolier, pero no deja de resultarme gracioso la “poco amigable” visión de los internados catolicos que se nos muestra. Algo que no es de extrañar, recordando que los japoneses, en su mayoría sintoístas o budistas, siempre han visto el cristianismo con bastante hostilidad.

En resumen, un espectáculo irregular y descompensado: visualmente exquisita y con una primera hora absolutamente fascinante, pero con un final torpe, inverosímil y ridículamente folletinesco que “jode con las patas de atrás” buena parte de lo logrado. Aún y todo, y en conjunto, una gratísima sorpresa que recomiendo a todo amante del género.
Jinete nocturno
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