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Voto de Dixon Steele:
8
Cine negro. Drama El agente de seguros John Forbes (Dick Powell) vive en Los Ángeles con su esposa (Jane Wyatt) y su hijo (Jimmy Hunt). Mientras tanto, un ex policía convertido en detective privado (Raymond Burr) se dedica a investigar los métodos de un estafador (Byron Barr) al que hace poco la compañía de Forbes pagó una indemnización. El detective descubre que le hizo diversos regalos a una atractiva modelo (Lizabeth Scott). (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No miento si digo que llevaba décadas detrás de ver esta película, tanto es así que ya se me había olvidado que la quería ver. Supe de ella por primera vez leyendo el primer libro conocido (de 1957) sobre el Cine Negro escrito por franceses Borde y Chaumeton. También escuché aquí por primera vez de un tal André De Toth, curiosamente un director de cine que se ha prodigado más en el género western (entre otros con películas como los Crímenes del Museo de Cera, en 3D). Pues bien Pitfall ha sido una película que nunca se ha pasado anteriormente por TVE (que es de donde las podíamos ver antes, o gracias a ello cuando se grababan en VHS en alguna Videoteca de barrio), y tampoco hasta donde yo llego he tenido oportunidad de ver algún pase en la Filmoteca. Creo además que mi imposibilidad de poder ver esta película en años no es exclusivo a mi. Así pudiera explicar que en libros de referencia sobre el Cine Negro, como el de Santamarina y Heredero de 1996 publicado por Paidós esta película no aparece mencionada ni una sóla vez, o asimismo en el libro de Javier Luengos "Rojo sobre Negro" 1930-1960 y donde se hace un pormenorizado estudio de todas las películas del género y ésta en concreo no aparece por ninguna parte misteriosamente.

Pero bueno, gracias al paso del tiempo, a las plataformas digitales y a las re-ediciones (imagino) he podido ver al fin esta película y no me ha decepcionado para nada. Me parece una interesantísima película de Cine Negro, una rara "abyss" dentro del mismo (rodada en 1948, en mitad de los años de explendor de este género), pero que aquí se nos presenta (contrario a la corriente “clásica”), a una "femme fatale" (Lizabeth Scott), que no es ni mala ni calculadora, es más yo diría que esta “rubia” es una mujer que quiere lo mismo que la mujer del protagonista (Dick Powell): un hogar con niños, una familia, los domingos a la pradera con el mantelito de cuadros... Recordemos la inusual escena de felicidad cuando el personaje de Lizabeth Scott (se supone que aquí "la rubia mala" o "Femme fatale") decide ir al domicilio del protagonista para cuidarle, para hacerle la comida. Un hecho totalmente novedoso en la historia del género, una "tigresa domesticada". Esto se puede confirmar en las escenas posteriores con su ex-novio cuando sale éste de la cárcel en las que nuestra protagonista muestra un inmaterialismo sin precedentes en comparación con las protagonistas de otras películas clásicas del género, y me vienen a la cabeza ahora mismo Mary Astor en el Halcón Maltés, o la Stanwyck en Perdición.

Plagada de detalles de comedia para ser una historia "negra", me llama poderosamente la atención destellos de guión como es el del desdoblamiento en la escena en la que el hijo del protagonista se levanta en mitad de la noche desvelado del miedo, sentimiento que en realidad pertenece al padre. Un padre que discrepo de las opiniones que he leído aquí en las que se señala que termina en las redes de “la mala” hastiado de la rutina de su matrimonio. Yo personalmente opino que no, que es simplemente el atractivo físico lo que le lleva al detonante de toda película negra, el destino trágico: personas corrientes que en un momento dado y sin razón aparente se complican la vida, se meten en un buen lío. "¿Por qué yo?" o "¿Por qué a mí?", son un clásico en este típo de películas del género. Es muy revelador como el director se recrea con Powell viendo el "book" fotográfico de la Scott que me recuerda a aquella reveladora imagen del profesor viendo el calendario en el que aparecia una niña en La Jungla del Asfalto de John Huston, película de 1950. Recordemos el sobresaliente papel de Burr (daría para una mención a parte), que está literalmente obsesionado con la belleza de Lizabeth Scott.

Por último resaltar que para ser una película de Cine Negro la mayoría de sus escenas se desarrollan de día, con una luz lechosa de la costa oeste, la misma que veremos dos años después en Sunset Bulevard de Wilde. En contra de los cánones clásicos aquí no existen ni juegos de sombras, ni pavimentos mojados.

A mi modo de ver esta es una película manierista del género que debiera ser tomada como referente.
Dixon Steele
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