Haz click aquí para copiar la URL
España España · Albacete
Voto de Juan Pablo:
6
Drama El encuentro con un activista medioambiental y su esposa embarazada (Amanda Seyfried) radicaliza poco a poco la ideología de un pastor evangélico (Ethan Hawke), un antiguo capellán del ejército, todavía marcado por la muerte de su hijo en Irak, que dirige una pequeña iglesia en el norte del estado de Nueva York. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2018
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos personas heridas por la pérdida de seres queridos en circunstancias particularmente sobrecogedoras, es el hilo conductor de este drama seco, áspero, que no da concesión alguna al espectador, en el que el director Paul Schrader firma, de largo, su mejor película hasta la fecha.
Ethan Hawke interpreta con su solvencia habitual, a un pastor que tras la pérdida de su hijo en Irak ha visto como su vida se desmorona, se derrumba ante sus pies e intenta encontrarse a sí mismo como pastor en una nueva congregación.
No es fácil entender desde Europa la relación que entablan el pastor y una joven, a la que da vida Amanda Seyfried, que también ha perdido a su marido en trágicas condiciones. Al fin y al cabo, por muchas jornadas de la juventud, de las familias y demás actos promovidos por diferentes iglesias, Europa es cada vez un continente más laico. No ocurre lo mismo en Estados Unidos, dónde la presencia de la religión es mucho mayor, tanto en la esfera personal como en el ámbito público. Aquella nación floreció bajo un lema que ha quedado grabado en piedra: “libertad religiosa”, déjenme practicar mi religión sin interferencias de nada ni nadie, estado incluido.
Las conversaciones entre el pastor y su feligresa muestran el dolor de aquellos que se preguntan si pudieron hacer algo más por salvar a sus seres queridos, reflexiones vitales que transmiten su angustia, su melancolía, de cierta claustrofobia espiritual.
En el país del capitalismo, dónde particulares, fundaciones, empresas y todo tipo de asociaciones contribuyen generosamente con las diferentes iglesias, el protagonista parece encontrar cierto desencanto en esta privatización encubierta de Dios. Su toma de conciencia política ante el futuro sombrío del planeta, con el cambio climático como telón de fondo, y el futuro que encontrarán las nuevas generaciones le mueven a posiciones cada vez más extremistas, mientras convive con sus propios demonios personales, a los que no ayudan a aplacar un futuro personal también incierto.
El final de la cinta no me deja indiferente, es delgada la línea que separa al cuerdo del loco, del bien y del mal. No cabe duda, la mente humana es, en ocasiones, indescifrable.
Juan Pablo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow