En muchas ocasiones me gusta hablar con mis amigos más cercanos acerca del cine español y siempre llego a la conclusión de lo mal que es tratado este sin argumentos que lo justifiquen. Me han dado respuestas tan simples como que no lo ven, porque es español. O que es malo. Y cuando les pregunto por su última película, no me saben decir ningún título. Tienen una idea preconcebida y negativa hacia el cine español. Aunque muchos no lo crean, nuestro cine se admira fuera de nuestras fronteras, incluso actores con un cartel importante se apuntan a trabajar con directores españoles apoyando esa corriente que mencionaba. El cine español es muy bueno. Otra cosa es que las productoras, las distribuidoras, la crisis, los precios o el marketing, no hayan hecho llegar en las mejores condiciones el producto al espectador. Pero eso no lo tacha de mala calidad.

Alfonso Sánchez aprovecha en su categoría de director, productor y actor, una idea originada hace años antes, que tenía mucha aceptación en internet. Las famosas conversaciones entre el cabesa y el culebra. Con un lenguaje barriobajero e inculto y donde patean constantemente no solo el diccionario de la lengua española, sino la razón y la cordura. Sus razonamientos son desternillantes y alocados. Pues en base a esta pareja, ha montado una historia para aprovechar el boom y el resultado en más de hora y media de puro entretenimiento y diversión. La pareja decide atracar una sucursal bancaria para hacerse con un gran botín y marcharse a Brazil, pero no contaban con que en el mismo día, un empresario en la ruina, se iba a presentar rodeado de explosivos y amenazando con hacerlos saltar a todos por los aires, sino le consiguen una exclusiva en televisión.

Este hecho, unido a la cantidad de personajes vario pintos que se encuentran en ese momento en la sucursal, nos harán vivir las situaciones más ridículas, alocadas y divertidas que podamos imaginar. Sobretodo porque como dice uno de los secuestrados…aquí hay mucho inepto.