Confieso que el principio de la película me impactó de forma brutal, un señor se da cuenta que su mujer le es infiel y la mata...sencillamente la mata. Y lo que es más sorprendente, llama a la policía y se declara culpable. A raíz de aquí es cuando comienza lo interesante, porque tendrán que demostrarlo con...pruebas.

La idea genial y original me encantó, el argumento cautivador junto con un ritmo nada cansino, hace de este thriller una de las mejores películas del género de este año. Acompañado con unos ingredientes como una excelente fotografía, unos personajes muy desarrollados y con los cuales nos identificamos, una trama bastante correcta y sobretodo unas actuaciones a la altura, donde sobresale como casi siempre el magnífico Anthony Hopkins.
En frente se encontrará a un abogado joven, con un gran ego y con ganas de comerse el mundo, el cual va a dar con la horma de su zapato. Nos encontraremos en medio de un combate de ida y vuelta, entre el abogado y el presunto asesino.
Me gustó mucho, porque se te pasa el tiempo bastante rápido y te hace imaginarte muchos finales, el definitivo...te gustará o te decepcionará...pero no te dejará indiferente.