Me extraña la gran calidad de esta película y las pocas críticas que tiene aún. Lo primero que te viene a la mente una vez terminada la visión, es el gran paralelismo que guarda con HOMBRES DE HONOR.

Ambas tratan un hecho real, con un protagonista negro, de familia pobre y humide, que tienen un sueño en común y lo llevan a cabo a pesar de todas las dificultades que se les presentan por el camino. Y para colmo, es el mismo actor en ambas películas.

La historia trata la vida del neurocirujano en pediatría Ben Carson, famoso por ser el primero en extirpar la mitad de un cerebro o separar a gemelos siameses unidos por la cabeza. Sin embargo, no tuvo una infancia fácil. Una madre divorciada, que llegó a tener tres trabajos diferentes para sacar a sus dos hijos adelante. Ben era un mal estudiante, y llegó a ser el peor alumno de su clase. Su madre aún siendo analfabeta, puso todo de su parte para que sus hijos no fueran como ella. Así que les cambió horas frente al televisor, por lecturas de libros. Ampliando así el conocimiento de los niños, al año siguiente Ben era el mejor alumno de su clase. Veremos el proceso del chaval que lo lleva a convertirse en un hombre tan especial. Sus vivencias con los compañeros, muchos de los cuales se burlaban de él, o lo trataban mal por el color de su piel. Su paso a la universidad, su novia, la cual lo ayudó bastante en las materias más problemáticas.

En pantalla veremos fechas importante en la vida laboral de Ben Carson, como por ejemplo la operación en septiembre de 1987 de los gemelos siameses alemanes, a los cuales separó después de haber nacido unidos por la cabeza. La peli tiene una carga emocional altísima, ver el sufrimiento reflejado en las caras de los padres, ante casos desesperados o de alto riesgo son momentos muy duros. En especial cuando hay niños por medio.

Sin duda, siempre dicen que detrás de un buen hombre, siempre hay una gran mujer, y más si se refiere a la propia madre.