Lo vengo diciendo desde que se puso por primera vez detrás de una cámara, Ben Affleck será recordado con el paso de los años con más interés en su faceta de buen director, que como mediocre actor. Así lo veo yo personalmente.

Sabe escoger ese tipo de historias que entiende que llegará a la gente directamente y eso es ya varios puntos a su favor. En mi quiniela particular es la gran favorita este año cuando entreguen las estatuillas, no tengo ninguna duda al respecto.

El argumento narra los sucesos acontecidos en Irán a partir del 4 noviembre de 1979, donde el pueblo se concentra delante de la embajada de EEUU y exige el regreso para juzgarlo y ejecutarlo de Mohammad Reza. Gracias a una breve pero directa introducción con voz en off, nos ponemos al corriente de la situación para las casi dos horas posteriores de tensión y terror. He de decir que Affleck ha sido lo más fiel a los acontecimientos, esto se podrá comprobar en los créditos finales. Se secuestra a todo el personal de la embajada a excepción de un pequeño grupo de seis miembros que huyen a la casa del embajador de Canadá. A raíz de aquí el estado americano pone en marcha la posible operación de rescate, antes de que averigüen la verdad y los asesinen públicamente como represalia.

La historia va más encaminada a la operación de rescate del agente de la CIA Tony Méndez, que en sí las penurias que tuvieron que pasar durante casi tres meses estas personas, escondidas en una especie de zulo y sin poder dejarse ver por nadie. Las posibilidades reales son mínimas, ya que hay que superar como cuatro o cinco controles para salir del país. Los americanos plantean un plan muy complicado, consistía en salir en bicicleta y cruzar a Irak. Méndez lo ve una locura y contempla otra posibilidad mucho más increíble a los ojos de los grandes mandatarios. Observando una noche una película con su hijo, se fija en el planeta de los simios y se le ocurre fingir que ruedan una película y sacarlos del país, haciéndolos pasar por parte del equipo de producción.

El guión es una maravilla, esquiva todo el morbo del sufrimiento del país en esas fechas, con excepciones claro está y nos muestra poco de las vivencias de los seis miembros, solo en su justa medida. Pero por otro lado, observaremos con todo detalle como se va elaborando el plan de rescate desde el primer minuto. La participación que tiene cada miembro del plan, como se planifican las nuevas identidades, publicidad, presupuesto, permisos, no puede quedar nada al azar, cualquier mínimo fallo...podría costar la vida a seis personas.

Lo bueno de la cinta es que tendremos momentos para todo. Nos invadirá la tristeza en momentos muy sentimentales, nos reiremos de lo lindo con los dos actores más veteranos, y se nos hará un nudo en la garganta cuando comienza la operación Argo a través de los kilómetros que separan la casa del embajador de Canadá del Aeropuerto. Tensión a raudales.

Hay que recordar que la ambientación es perfecta, si tienes la posibilidad de parar la película en algún momento, te darás cuenta de que se ha sido muy meticuloso con todo lo que influye directamente, la vestimenta, los peinados, los complementos, el look de esa época. Affleck nos ha transportado a finales de los 70, sin movernos de la butaca.

Sinceramente, de lo mejor que he visto con diferencia este último año.