Si juntamos cárcel, reformatorio, o como lo quieran llamar con juventud, el resultado es muy interesante desde la perspectiva visual. Dog Pound cumple con la base y los ingredientes necesarios y más aún cuando el producto no nos llega directamente del país del Tío Sam, donde siempre buscan la lágrima fácil o rizar el rizo. Producción canadiense, con caras totalmente desconocidas.

El argumento es bien sencillo y sin complicaciones, el desarrollo es lo que levantaba mis sospechas. Chicos nuevos que llegan a un centro, donde extrañamente el colectivo de guardias, alcaide y demás, no buscan abusar del poder, menospreciar, o ridiculizar a los jóvenes, sino todo lo contrario. Hacerles ver la importancia de volver a la sociedad como personas responsables y maduras. El problema lo encuentran dentro con los demás chicos y si a esto le añades que los que entran, se las traen en latas, tenemos asegurado como mínimo los conflictos habituales en estas situaciones. Lo demás os dejo que lo descubráis viendo esta interesante película.