Después de ver esta película me ha asombrado bastante la mala crítica que tiene. Sinceramente no sé lo que esperaba encontrarse la gente, pero a mi me ha resultado una película bastante entretenida y nunca la catalogaría de mala.

Me ganó desde la primera escena aérea, la fotografía es algo que me fascina y más aún cuando se rueda en exteriores de ese tipo. Ese aire del comienzo me traía a la mente otra película maltratada en su día como lo fue El Bosque. Un pequeño pueblo, una comunidad temerosa y acosada por algún peligro, en este caso bastante definido en la figura de un hombre lobo. Con la peculiaridad de que han pactado (me gustaría saber como llegaron a este acuerdo), no atacar a ningún ser humano, mientras cada noche de luna llena, entreguen un animal en sacrificio. A mi me han encantado los primeros cuarenta y cinco minutos, donde se desarrolla la parte principal del tema de la historia. Saber porque el lobo ha atacado a los humanos ahora, como se ponen de acuerdo para acabar con el y la llegada del personaje de Gary Oldman. Los dos minutos del discurso sobre la muerte de su mujer...de lo más impactante de la película. Su personaje le da aún más prestigio a los sucesos, para esto es un genio. La parte romántica está un poco pillada con pinzas. Parece que están predestinados a estar juntos, pase lo que pase...un Crepúsculo en el horizonte, pero en lugar de vampiros, hay lobos. Ya descubriremos quien es quien durante su proyección.

La segunda parte pega un bajón descomunal, pasa de ser algo muy interesante y llame constantemente tu atención a perder casi todo el interés. Dos posibles pretendientes, cincuenta posibles candidatos a lobos, la gente celebrando una fiesta sin prestar atención a las advertencias de Oldman y por último el momento explicación del lobo, dejando a los espectadores como propios ignorantes a los cuales hay que masticarle todo el guión, porque sino serían incapaces de pillar el hilo de la historia. Que cada uno juegue con sus fantasías y así se haría un final más a gusto del consumidor.

Amanda Seyfried guapísima, como resaltan el color azul de sus ojos durante todo el film. Y ya cuando aparece con la capa roja...parece la chica de la publicidad de Chanel 5. Lukas Haas pasarán 25 años más y seguiré viendo al chaval de Único testigo.