Con la vida en juego me ha ocurrido dos cosas positivas, que en mi opinión hacen que sumen positivamente para el acierto de la trama.

Por un lado tenemos la típica película de sobremesa de sábado o domingo, que en su inmensa mayoría suelen tratarse de dramas familiares, pero el caso es muy diferente porque se trata de una historia basada en hechos reales y eso siempre apetece. En especial cuando los protagonistas son chavales que terminan en una especie de cárcel/reformatorio por escoger el camino incorrecto en la vida. Allí su cuidador viendo el poco éxito de los chicos cuando regresaban a la calle, opta por introducir el rugby como medio de canalizar la violencia y la ira y potenciar los valores, esfuerzo y el trabajo en equipo.

Y el segundo punto positivo es que por fin veo actuar creíblemente a The Rock. Mucho tiene que ver que en su pasado fuese jugador de rugby y esto hace que se encuentre más cómodo.

La película funciona muy bien, entre otras cosas porque cuentan con un guión basado en imágenes que se copian hasta el más mínimo detalle en la pantalla. La elección de los personajes más importantes y el seguimiento que se les hace, permitiendo al espectador familiarizarse con ellos, suma mucho a favor del resultado final.

Un consejo, no dejéis de verla hasta que terminen los créditos finales.