Recuerdo que en los años de ésta película, se puso de moda este tipo de historias de aventuras ambientadas en la edad media y con caballeros y brujería de por medio.

Rutger Hauer un rostro ya consolidado en el cine y mucho más cercano al cine de acción después de Blade Runner, ya con 41 años era muy conocido. A su lado una Michelle Pfeiffer muy joven en el mundo del cine, donde ya había hecho sus pinitos, 27 años la contemplaban. Y un joven Broderick con 23 añitos, casi convirtiendo su rostro en algo más importante a raíz de ésta película. Personalmente me encantan este tipo de trabajos donde ubicas el despegar de diferentes actores o actrices.

Después la historia es muy interesante, una pareja maldita por un obispo, que los condena a estar eternamente unidos, pero separados por la maldición. Donde uno de día es humano y de noche animal, y el otro al revés, no coincidiendo jamás en forma humana. Pero aparece en sus vidas el joven ladrón y les despierta la posibilidad de contar con su ayuda para acabar con el conjuro.

La trama funciona muy bien desde el prisma del cine medieval, está claro que hay poca acción y mala, los del lado del mal dan pena en sus peleas, y creo que contrataron a 15, la primera vez que la vi, llegué a pensar por momentos que era una comedia, con eso lo resumo todo. Y en cuanto a los efectos especiales, pues, iban justitos la verdad. Pero el trasfondo de la historia es lo que me gana, aparte de la parte cómica de Broderick y el bellezón de la rubia.