Con los que ya tenemos una edad, sin llegar a ser momias...de momento, nos suele ocurrir en repetidas ocasiones que cuando se nos ocurre volver a ver una película que antaño nos pareció muy buena...de repente deje de serlo. Ojo, que esto no la convierte en mala, simplemente la ves con "otros ojos" y tristemente todo cambia.


No recuerdo exactamente cuando vi El guateque, ni donde, pero si que me divertí mucho con escenas muy divertidas, el toque de corneta, el zapato navegante, el elefante. Hoy día no me han parecido ni la mitad de graciosas.

El guateque vista con la mirada de un tipo que aporrea el teclado con 48 años, me da para hacer dos lecturas, mis lecturas. Quizás nadie esté de acuerdo con ellas...pero son las mías. A mi la historia me parece muy simple, un actor desastre que la lía en un rodaje costando mucho dinero a la productora y siendo invitado por error a una fiesta en casa del dueño de la productora, donde continuará con el desastre. Blake Edwards en forma de comedia nos cuenta algo muy serio y que pasa en nuestra sociedad, la falta de integración de cierto grupo de individuos. Sí, es una comedia y tal, pero a mi me dio mucha pena en muchos momentos el personaje de Peter Sellers, en todo momento busca integrarse en un sitio donde está más fuera de juego que una monja en un prostíbulo. Sin embargo, en lugar de hacer lo más fácil, buscarse un hueco y pasar desapercibido a medida que disfruta de la fiesta, hace lo posible y lo que no para todo lo contrario, buscar la aceptación de ese grupo que está tan alejado de él en todos los sentidos, como Madrid de Milán. Y jamás con mala cara o desagrado. Vuelvo y repito, sí, es una comedia, pero es exactamente lo que ocurre.

En mi segunda lectura, reconozco que comienza muy bien mientras presentan al personaje y están en el rodaje. A continuación cuando leemos entre líneas que acudirá a la fiesta, la boca se nos hace agua imaginando la gran cantidad de posibilidades que se nos presentarán para partirnos de risa. Al final te das cuenta que hay más fuegos artificiales que otra cosa, mucho ruido y pocas nueces. Es cierto que disfrutaremos de escenas muy divertidas, pero también que muchas se repiten una y otra vez y dejan de tener esa gracia de al principio.

Hay que decir a su favor que la película hay que verla también con ojos de 1968, me imagino que en esa época en la cual yo no estaba ni en la mente de mis padres, se consideró una gran película y una excelente comedia. Hoy día reconozco que está simplemente interesante.