Gracias a Dios, Daniel Calparsoro nos trae siempre algo con lo que sorprendernos. Para muchos puede que una película sobre terrorismo sea un tema manido, pero no lo es y los hechos me remito.

Hasta el desgraciado 11M (11 de marzo del 2004), todo aquello que sonase a terrorismo nos sonaba muy lejos, lejísimos, eso no nos podía ocurrir a nosotros en España decían muchos. Nosotros pagábamos lo nuestro con la sangre de nuestros hermanos que corría por el país vasco mayoritariamente y apuntábamos a E.T.A.

Terrorismo, eso sólo en las películas. El 11M nos devolvió a una cruda realidad, todas las fichas sobre el tablero están expuestas a ser dañadas por el terrorismo, da igual el punto geográfico en el que te encuentres.

Y Daniel Calparsoro nos lo quiere recordar a través de Todos los nombres de Dios. Una película que trata de hacernos ver como esas personas que se esconden cobardemente detrás de la religión para mostrar su odio a la humanidad, dicen que lo hacen en el nombre de Dios. A mi me enseñaron desde niño que Dios es amor, jamás he entendido a que clase de Dios adora ésta gente que llevan la muerte por bandera.

Taxista acabando la última carrera del día en el aeropuerto de Barajas, dos explosiones y se produce el caos. Entre los ruidos, gritos mayoritariamente, el polvo, la sangre, los miembros esparcidos por el suelo, más sangre, miedo, caos, aparece un chico que necesita ayuda, Santi, el taxista, lo sube a su vehículo para llevarlo a un hospital. Primer gran error del día, es uno de los que han provocado el atentado.

A raíz de ahí, comenzarán las horas más agónicas de su vida, donde el reloj tendrá vital importancia, literalmente.

Con la interpretación en el papel principal de Luis Tosar (Santi), iremos haciendo un recorrido por diferentes matices de lo que es convivir con el terrorismo en primera mano. Un teléfono que deja de coger llamadas, una emisora que no contesta, un gps que aparece destrozado, una familia que no entiende donde puede estar un hombre sencillo que tendría que volver a casa y se le ha perdido la pista y no, no está ni detenido, ni en la morgue.

La tensión es constante desde las primeras escenas nocturnas por Madrid, Tosar se encarga de hacerlo todo muy creíble. A ello le sumamos otro dúo increíble, Inma Cuesta y Roberto Enríquez y no me gustaría dejarme atrás aunque en papeles más cortos a Patricia Vico y a Fernando Cayo, demostrando a niveles descomunales de interpretación, como sería el sufrimiento de los seres cercanos cuando te toca lidiar con el terrorismo.

Película muy entretenida y espectacular en todos los sentidos. Con dos partes bien diferenciadas, la primera donde se producen los hechos y humanamente hablando encuentra a un chico perdido y al cual han engañado y una más dura y oscura, cuando das de bruces con los auténticos cerebros de la operación, los cuales son unos profesionales en lo que quitar vidas se refiere.