Álex de la Iglesia lo ha vuelto a hacer. Volver a sus orígenes con esas historias alocadas y que parecen no conducir a ningún lado, pero que al espectador le hacen pasar un rato muy entretenido.

En Las brujas de Zugarramurdi ha cumplido, pero solo a medias, me explico. El comienzo es espectacular, con esas escenas del atraco rodadas en la Puerta del Sol y sus inmediaciones. Esos mimos que traman un robo a la joyería y donde cada uno sabe el papel que le corresponde. Todo locura, todo risas, gran diversión. Y no para cuando se hacen con el taxi y huyen destino Francia. Los actores secundarios están geniales, aportando un lado cómico extra al asunto.

Esa entrada en el pueblo, con esos personajes tan macabros y oscuros, con unas actuaciones grandiosas de Terele Pávez y Carmen Maura. Y los acompañantes del bar. Ahora la segunda parte cuando comienza a tirar mano del gran presupuesto y de los efectos especiales, baja bastante la calidad de la cinta. Con la gigante tetona me recordó al Hobbit y sus peleas con los gigantes, de relleno vamos.

Aún así la recomiendo para pasar un rato bastante agradable.