Recuerdo nuevamente que no soy un gran aficionado a los dibujos animados desde hace ya muchos años, aclaro que no es porque no me gusten, sino porque soy más selectivo a la hora de seleccionar lo que me apetece ver.

Desde que era niño, el personaje de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, me ha gustado muchísimo y más aún desde que siendo un niño, vi la serie de Ruy el pequeño Cid. No sé si fue por el hecho de ver la historia de un niño a través de los ojos de un niño, la música, los personajes, los trazados, me encantó todo.

Con El Cid, la leyenda, me he llevado una pequeña decepción y lo voy a aclarar. La historia está muy bien tratada, eso sí, con algunas licencias históricas que se permite el director, pero nada grave para tenerlo en cuenta. Los doblajes son espectaculares, con gente como Manel Fuentes, Natalia Verbeke, Sancho Gracia, Loles León o el mismísimo Carlos Latre.

El desarrollo del guión es muy atractivo, nos integra muy rápido en la historia y nos lleva de cabeza al turrón. Me ha agradado mucho la forma de contarlo y la importancia de los diferentes personajes, con sus momentos para las risas y para las lágrimas.

Lo que realmente no me ha gustado nada ha sido que en el año 2002-2003 se hayan preparado unos trazados tan horribles, los brazos de los soldados-guerreros son chorizos o morcillas, no entiendo con lo avanzado que estaba todo hace dos décadas, no hayan puesto unos cuerpos más acorde a una realidad y nos muestren unos dibujos tan ridículos.

En resumen, un espléndido trabajo pero que se pudo haber producido mucho mejor.