Cada día estoy más convencido de que el cine español es de una calidad inmensa y ya si hablamos de las interpretaciones, podríamos presumir de lo lindo.

Que Dios nos perdone es una clase interpretativa para jóvenes y futuras estrellas del cine y teatro, pero de forma gratuita. Jamás y digo jamás, había visto nada parecido en la carrera de Antonio de la Torre, suele ser el echado para delante el líder del grupo, el que más acojona y aquí es un policía tartaja con problemas graves de relaciones sociales y con las chicas ni os cuento. Y lo de Roberto Álamo es espectacular en la piel de un policía siempre al borde de la locura y de perder los papeles por completo. El simple hecho de disfrutar de estos dos, vale el dinero de la entrada. Que por cierto, ayer en su estreno, 20 personas en la primera sesión de las 18 y un tanto igual a las 20, espero que sea una gran sorpresa en taquilla.

Si unimos a este equipo con una época desastrosa en España, un calor de narices en pleno julio, la visita del Papa y una serie de asesinatos de mujeres ancianas que son brutalmente violadas, tenemos la excusa perfecta para disfrutar de esta gran historia. Salvando las diferencias y repito, salvando las diferencias, me ha traído a la mente a Seven. Aunque aquella es mucho más oscura y salvaje. Dos policías bien diferentes, con extremos puntuales en cuanto a las relaciones personales y con el único objetivo de dar caza a un asesino en serie antes de que la cola de víctimas se haga más larga.

La trama es bien conducida desde el mismo principio con la primera víctima y la presentación de los diferentes integrantes de la historia. Esa atmósfera de intriga y peligro va creciendo a medida que avanza la historia y se van produciendo más asesinatos y siguen sin encontrar una pista decente a la cual agarrarse como a un clavo ardiendo. Funciona todo muy bien a la vez que tenemos esas pequeñas historias adjuntas de las vidas de los dos protagonistas, aunque aquí quiero hacer un inciso en la zona spoiler. (Spoiler 1)

Siempre habíamos dado con asesinos de chicas jóvenes y guapas, pero ahora estamos delante de un psicópata, meticuloso y organizado, con un modus operandi muy estudiado. Sólo señoras mayores y muy importante, que vivan solas.

Disfruten de otra maravilla más del cine español.