Quizás por mi edad no soy un gran conocedor del cine de Sam Peckinpah, como para hacer comparaciones. En mi caso me limitaré solo a comentar este trabajo.

El cine bélico es algo que me encanta, siempre y cuando esté bien presentado, estructurado y desarrollado. En caso contrario es algo infumable que se resume en tiros, tiros, muertos y más muertos. Vamos que te ausentas un momento a la cocina a coger refuerzos y tu acompañante de sesión pilla el mando y le da 10 minutos hacia delante y cuando vuelves...no te has enterado. Mal asunto ese compañero. En este film no me ha ocurrido eso por supuesto, pero no me ha terminado de enganchar la historia, la forma de presentarlo que ha tenido el director. Esas continuas pausas, flash-backs, escenas en silencio...me dejaban en fuera de juego. Hasta incluso algunos personajes no parecían reales, actuaban realmente y eso es lo peor que te puedes encontrar en una película...la sobreactuación.

El argumento es espectacular, el duelo entre James Coburn y Maximilian Schell lo mejor de la cinta. Uno con sus ideales personalizados en la lealtad y protección de sus hombres y el otro con una sola misión, regresar a casa con La Cruz de Hierro. Esta historia centrada en el enfrentamiento directo entre rusos y alemanes, pondrá de manifiesto cual es la causa verdadera por la cual lucha el hombre. ¿ Honor o prestigio ?

Recomendadísima a los amantes del cine bélico.

LO MEJOR: la historia y sus personajes.

LO PEOR: las pausas y los silencios en las escenas de acción.