Hay películas que vemos a lo largo de la vida, que sin ser obras del séptimo arte, por distintos motivos, les cogemos un aprecio especial. Eso me pasa con Cuenta conmigo. Yo tenía 13-14 años cuando la vi por primera vez, me vi identificado en muchos aspectos con esos chavales, con sus tonterías, sus bromas, miedos, obsesiones, sueños, la amistad verdadera, esa donde tu compañero te dice lo que debes hacer y no lo que quieres escuchar. Unos chavales que con solo la compañía de la ilusión y la amistad, se adentrarán en una aventura que los hará salir del pueblo siendo unos niños y regresar dos días después con años de madurez a sus espaldas.

El reparto me ha encantado, desde las pocas escenas de Richard Dreyfuss, quien nos narra la historia en voz en off, pasando por la pareja principal de los cuatro chavales, el líder, River Phoenix, o la razón pensante, Wil Wheaton. Jerry O'Connell y Corey Feldman, están bien, pero se nota su status secundario.
Al otro lado, el más oscuro, destaca con luz propia y por encima de los demás, el grandísimo Kiefer Sutherland, igual que con su padre, su presencia es motivo suficiente para ver cualquier película.

Cuenta conmigo es mucho más que la historia de cuatro amigos que se apuntan a una viaje interesante, va más allá, trata sobre la verdadera amistad, aquella en la que depositas toda tu confianza en un amigo, donde te abres y cuentas esa parte de tu vida que jamás pensaste contar, porque realmente sabes que tus oyentes, pasen los años que pasen jamás te fallarán y si alguna vez reciben una llamada a las tres de la llamada, su última frase será...cuenta conmigo.