Con el abuelo me ha ocurrido lo que en tantas ocasiones con otras películas y ya a la edad que tengo creo que se volverá una costumbre sin vuelta atrás.

Son ese tipo de películas que oyes hablar de ellas, escuchas sus buenas críticas, los amiguetes te la recomiendan...y tú te niegas a ver de momento hasta que se enfría la cosa. Y cuando te das cuenta, han pasado un porrón de años. Nada menos que veinte llevaba esperando el señor Garci para que yo viera su trabajo.

A mi el abuelo me ha encantado. Lo siento pero toda aquella historia que me cuente algo relativo a la figura de los abuelos, me tiene ganado. Esos personajes, donde abundan en la mayoría de los casos, amor, sabiduría y saber estar...son el agrado de cualquier niño. Pero Fernando Fernán Gómez no es precisamente una eminencia en estos tratos. Eso es lo que lo hace más especial. Un poderoso hombre que emigró a las Américas y regresa casi en la miseria, encontrándose a su regreso con la viuda de su hijo y con un secreto que puede manchar aquello que él más a protegido a lo largo de los años...su honor. Una de sus dos nietas no es legítima, ahora tendrá que poner de su parte para saber si el honor tiene más poder que el corazón.