Otra película de terror, de casas encantadas, dirigida por el prolífico D. J. Caruso y protagonizada por Kate Beckinsale, que se convierte en lo único rescatable de una película anodina.

Un matrimonio y su pequeño hijo se mudan a una casa en las afueras de la ciudad, casa que no conocen y que al llegar descubren que tiene múltiples cosas por reparar, de lo que se encargará Dana (Kate Beckinsale), quien es arquitecta.

Pero apenas al día siguiente, al descubrir un ático que se encontraba oculto, empieza a notar que ruidos y cosas extrañas suceden en la vieja casa, pero también dentro de su cabeza.

La primera sensación que produce la película es la de ya haberla visto antes, ya que las cosas se van sucediendo de manera tan convencional de acuerdo a películas del género que casi se pueden adivinar.

Pero la historia nunca termina de cuajar, el director nunca se decide a determinar si lo que sucede es algo sobrenatural o es un trastorno psicológico del personaje que interpreta Beckinsale, quien se esmera en vano en su actuación, y la película avanza sin inquietar ni generar algún momento de tensión o miedo.

Además, dentro de la trama van apareciendo personajes que de la nada desaparecen, como la mujer de la tienda, el joven trabajador o hasta el gato, en una película llena de inconsistencias y totalmente olvidable.


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