Las posibilidades del arte cinematográfico son inabarcables, y más si quien se pone detrás de la cámara es Jean-Luc Godard, quien a lo largo de su filmografía ha tenido como constante el ir deconstruyendo y volviendo a construir eso que se ha dado por llamar lenguaje cinematográfico.

Primero con su cortometraje ‘Les Trois Désastres’, y ahora con ‘Adiós al lenguaje, Godard explora las posibilidades del 3-D pero no de manera meramente estética, sino que se permite jugar con la imagen más allá de las posibilidades visuales o narrativas.

Pero no se trata de un filme meramente experimental, en medio de sus poderosas imágenes podemos encontrar lo que parece ser la trama de una pareja que evidencia una posible ruptura; acercamientos físicos, largas charlas, paisajes con colores que explotan e imágenes que se bifurcan, citas literarias varias y el ir y venir de un perro, el posible narrador de lo que vemos.

‘Adiós al lenguaje’ potencia los sentidos en una clara incitación a explorarlo visualmente pero también con intenciones de provocar, de decir cosas y de mover a la reflexión, donde el entendimiento racional se acompaña de una experimentación sensorial y vital.

Jean-Luc Godard demuestra que tiene aún mucho por decir y por mostrar, ajustándose a las innovaciones tecnológicas y utilizándolas como nadie más, incomodando a los puristas del cine, y ofreciendo cosas nuevas a todo aquél que se deje seducir por sus poderosas imágenes, un cine inagotable.