Ganadora de la Palma de Oro en el más reciente Festival de Cannes, la película de Nuri Bilge Ceylan pone en pantalla varios temas complejos, siempre valiéndose de una puesta en escena rigurosa, y con un cierto aire teatral y, otra vez, en Anatolia.

Aydin es un actor retirado, administra un hotel rústico en las montañas en una zona en Anatolia, vive con su joven esposa y su hermana, con quienes no lleva una buena relación, tampoco es muy querido por unos inquilinos quienes le alquilan (sin poder pagar) una vieja vivienda que perteneció a su padre

Las relaciones filiales, de pareja, las diferencias de clases, de creencia y religiosas, son, entre otros, algunos de los temas que aparecen a lo largo de un relato milimétricamente puesto en escena, con un punto de partida un tanto violento: un niño, hijo de la familia inquilina, avienta una piedra contra el vehículo en el que viaja Aydin, como una muestra del rechazo que se ha generado alrededor de su persona.

Así, con el transcurrir de la historia Aydin irá descubriendo la verdadera apreciación que hacia su persona tiene la gente con la que convive a diario, con sus inquilinos o con sus empleados, y que no es como él pensaba y de lo cual no tiene mucha conciencia.

Con escenas desarrolladas casi siempre dentro de las instalaciones del hotel, todas de larga duración donde los personajes exponen sus diferencias y puntos de vista como si de una puesta teatral se tratara, pero con una cámara que Ceylan sabe siempre colocar de manera adecuada, convirtiendo al espectador en un dialogante más que de a poco irá desvelando el muy delgado hilo que une los vínculos entre los personajes.

Los escenario condensan la demoledora realidad a la que se enfrentan sus personajes, ‘Sueño de invierno’ representa la madurez plena de un cineasta con un dominio absoluto de su puesta en escena, tal como se muestra en esa muy larga escena, pero que precisa de todo ese tiempo para apreciar el momento en que desnuda esa relación a punto de desmoronarse.

Película dura y notable, a la que hay que acercarse con paciencia y mucha concentración, en un relato que desborda sentimientos con personajes complejos, donde las relaciones humanas y las diferencias sociales se topan de frente con esos desoladores paisajes o contra las montañas tupidas de nieve.