En 2009, el buque mercante Maersk Alabama, fue secuestrado por piratas somalíes, dicho barco era capitaneado por Richard Phillips, quien después de la traumática experiencia escribió el libro en el que se basa este film, dirigido por el británico Paul Greengrass (United 93, The Bourne Supremacy).

Greengrass sabe manejar la tensión como pocos, siempre aderezada con un toque de veracidad cuasi documental, una cámara vertiginosa que se ubica siempre en el centro de la acción logrando transmitir al espectador la urgencia de la acción.

El relato se divide en tres partes claras; los preparativos de la puesta en marcha del buque, el asalto e invasión por parte de los piratas y por último el rescate del capitán. Sin duda la parte más interesante y lograda es el enfrentamiento entre los piratas, liderados por Muse, interpretado magistralmente por Barkhad Abdi, con el Capitán Phillips, un Tom Hanks en estado de gracia.

La cámara de Greengrass, sostenida en un destacable trabajo de su fotográfo, Barry Ackroyd, ejecuta del tal forma que el suspenso y la tensión se apoderan de esta parte del relato, que confronta las dos realidades tan diferentes entre sí; un primer mundo poderoso y ahora vulnerado, que trata de comprender y reflexionar los motivos por los que, ante la desesperación que genera el hambre y la necesidad en su oponente, ese tercer mundo salvaje y casi primitivo, llega a cometer tales delitos.

Como ya lo había demostrado en films anteriores, como The Green Zone, esa gran película que cuestionaba al sistema yanqui y sus mentiras sobre las supuestas armas de destrucción masiva, y que prácticamente pasó desapercibida, Greengrass con sus altas dosis de realismo, secuencias de acción casi sin respiro y suspenso por todo momento, logra que Capitán Phillips sea una experiencia muy disfrutable.