El anuncio de la resucitación de las películas producidas y dirigidas por Michael Bay y protagonizadas por Will Smith y Martin Lawrence generó una buena cantidad de dudas, tras casi 17 años de la última entrega y la mala racha en la que parecía estar el antes infalible Will Smith.

El resultado de esta tercera entrega, ahora dirigida por la dupla belga conformada por Bilall Fallah y Adil El Arbi, es una verdadera sorpresa, muy superior a sus antecesoras, con mejores secuencias de acción, un humor mejor logrado y una historia más potente, además de la buena y acertada de inclusión de algunos personajes nuevos con los que probablemente intentarán dar un nuevo rumbo a la saga, y algunos chistes y personajes de las películas anteriores que aquí encuentran acertada continuidad.

El guion acierta al tomar en cuenta la actualidad de sus personajes, que no son ya unos jovencitos y los ubica como dos agentes ya más cerca del retiro, quienes deben enfrentar a un joven sicario que empieza a desaparecer gente relacionada con un viejo caso, que sigue las ordenes de una mujer desde México (Kate del Castillo), ex esposa de un jefe narco y seguidora del culto a la santa muerte.

Para hacerle frente a la situación, se crea un nuevo grupo que lidera Rita (Paola Nuñez), ante quien Mike Lowrey (Smith) debe cuadrarse, todos bajo las ordenes del Capitán Howard (Joe Pantoliano), aparece además la familia de Marcus Burnett (Lawrence), conformando así un reparto numeroso pero bien aprovechado, pues todos tienen su momento de lucimiento.

La película se basa sobre todo en el factor nostálgico pero no se detiene en ello, presenta una nueva historia, nuevos personajes y villanos y todo funciona bien, el humor es bastante rescatable, y funciona mucho mejor cuando Smith y Lawrence interactúan, el nuevo equipo tarda en carburar pero al final termina bien integrado al relato, sobre todo Paola Nuñez que sorprende con un sólido trabajo.

La película no tiene mayor pretensión de ser lo que es y ofrecer lo que se espera de ella, acción, persecuciones, balazos y buen humor, y lo mejor es que la película presenta un alto nivel de autoconciencia y se burla de sí misma y no se toma nada en serio, para conformar así una película que funciona y cumple.

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