Difícil es adaptar el ascenso del Führer, y notable es por tanto este intento. No es tan mala a pesar de numerosos y notables fallos, se deja ver y puede ser un pequeño adelanto para los jóvenes, que después pasarán a los libros donde se narra con diversidad de opiniones los acontecimientos que ocurrieron.
Carlyle es un buen actor, se aproxima con todo su interés a la figura del Führer, pero no da la talla, no resulta creíble, pero supongo que no hay otro, así que se le puede dar un aprobado por su intento.
En cualquier caso tiene un buen ritmo, y resulta interesante. Lástima que no se hiciera a continuación otra película sobre Stalin, y su ascenso maldito al poder, si millones de muertos contemplan el ascenso del nazismo, diez veces más de cadáveres cimentan la llegada del Comunismo, pero en las universidades progresistas americanas, desde los años sesenta, parece que la maldad solo tiene una cara, la del Nazismo, y que por contra, el Comunismo soviético no es más que un rostro amable que ayudó a los Aliados Occidentales a derrotar a la Alemania del III Reich. A ver si la historia está medida con diferentes sistemas de medición, y solo son malos los de una vertiente...