Una comedia producida por Happy Madison y protagonizada por Adam Sandler que busca el entretenimiento fácil poniendo unos mínimos, pero sin ir más allá en ningún momento, y que obtiene el mejor resultado que suelen tener, el de ser pasables.

Aquí Adam Samdler y Kevin James se juntan como en una reunión de amiguetes y no consiguen hacer reír, muestran cierta desgana, baja intensidad, y no estar muy implicados en el proyecto.
Los secundarios están más acertados dando un punto freaky como en el caso de Peter Dinklage y Josh Gad, y Michelle Monaghan cumple de forma adecuada, al resto de estrellas invitadas estilo Brian Cox, no les sacan el jugo que merecerían ni en broma.

Visualmente y en cuanto a efectos está acertada, Chris Columbus planea bien esas escenas, y las imágenes de Centipede, Pac-Man y Donkey Kong funcionan bien.

Su problema está en un guion indefinido que transita entre la comedia familiar y la de adultos sin saber dónde quedarse y en que usan la nostalgia ochentera de forma muy superficial y sin profundizar en nada, además la historia es demasiado simple y esta poco trabajada, presentando pequeñas incoherencias internas, con todo, es entretenida, aunque no llegue a ser realmente divertida, pero su mayor problema es desaprovechar una premisa que podría haber dado mucho más de sí.