Dan Harmon se basó en sus experiencias en una universidad comunitaria para crear una serie que va de la brillatez más absoluta al patetismo dependiendo del momento, de un cinismo implacable a momentos realmente emotivos, todo con un gran sentido del humor, un sinfín de referencias al cine y la televisión y muchísimo surrealismo.

Al principio, se presenta a los personajes como estereotipos, tenemos a Jeff, un tipo carismático acostumbrado a tomar atajos que ejercía la abogacía sin título, Britta, con casi 30 años y buscando una segunda oportunidad, Annie, una joven brillante que bajó sus expectativas por problemas pasados, Troy, el deportista descerebrado, Abed, que no distingue del todo entre realidad y ficción, Shirley, una madre que busca una carrera, y Pierce, el señor mayor que lucha por mantener su mente activa. El intento de Jeff por ligarse a Britta originará el grupo de estudio que les une y ahí comenzará todo.

En el episodio piloto la serie parece no esforzarse mucho por gustar, en su lugar decide homenajear a The Breakfast Club y al gran John Hugues que falleció ese año. Y le cuesta arrancar, como el mismo proceso de Jeff en Greendale va desde el escepticismo más absoluto a formar una muy extraña familia.

Poco a poco, detalles nimios van convirtiéndose en grandes momentos surrealistas y las referencias y el metalenguaje de la serie, completamente consciente de si misma te hace ser uno más.

Community es una superviviente, las primeras temporadas son fantásticas y después los problemas internos y las ausencias hacen que el nivel de la serie se resienta gravemente, en especial durante la ausencia de Dan Harmon, sin duda el alma de Community.

Aun así, quedan para el recuerdo todos en el grupo de estudio, el último minuto de Troy y Abed, episodios cómo Modern Warfare, secundarios de lujo como Chang y Dean entre otros, grandes momentos, toda la comunidad de Greendale en general y una creatividad desbordante.
Además de nuevos proyectos de Donald Glover y Dan Harmon cómo Atlanta y Rick and Morty.