Una obra de bajo presupuesto que surge de la productora británica Hammer en horas bajas y el intento de mezclar a sus monstruos de siempre con nuevas corrientes de la época, en este caso el cine de artes marciales de Hong Kong.

Ante una trama disparatada y un sinfín de momentos hilarantes, se trata de la película perfecta para que aquellos que disfruten con la serie b (o incluso c o z) se reúnan con sus amigos y disfruten del espectáculo, no por su calidad fílmica, sino por su extraña mezcla, bastante absurda y mal hecha pero entrañable y con sus detalles, como la presencia de Peter Cushing en el rol de Van Helsing.