Prácticamente es más teatro que cine (algo que para mí no supone ningún defecto).

En sus diálogos ni sobra ni falta una palabra. El guión está minuciosamente preparado. Cada frase está puesta ahí con un propósito, con el fin de hacer sentir algo al espectador, perfilar aún más a un personaje o de ayudar a construir delicadamente la trama.

Se nota la mano de Agatha Christie en cada rincón de su argumento.

Es un placer ver una película como esta, que te acompaña amablemente, manteniéndote constantemente entretenido sin necesidad de recurrir ni a efectos especiales, ni a guapos modelos o frases vacías de contenido. La película te ofrece justamente lo necesario, confíando sabiamente en la imaginación del espectador. Es como si media película se rodase dentro de tu cabeza.

Es la película más parecida a leer un libro que he visto hasta ahora. Muy recomendable.