Jacques Becker no se había conformado con realizar uno de los dramas mas realistas de los años 50 (“París bajos fondos”), al parecer, y tras su notable “Montparnasse 19”, Becker se despedía en 1960 realizando (desde mi percepción) su mejor obra, y sentando bases de cine y expresión.

“Le Trou” comienza en el exterior con una visual breve y franca sobre una prisión extensa y desarrollada en las calles de París, en antítesis con esa intemporalidad introspectiva hallada y oculta poco después en su interior.
El escolasticismo inherente de Robert Bresson, en su drama carcelario “Un condenado a muerte se ha escapado”, se ve reflejado en este film con íntimos toques de fondos culturales en la psique de los protagonistas, y sobre todo, en el sosegado estilo narrativo propio del cine francés de época. Si en el film de Bresson nos encontrábamos con un personaje encerrado no sólo por el lugar, sino de su propia alma, y ligeramente retraído, en esta ocasión, los protagonistas de “La Evasión” denotan una gran capacidad de síntesis social aún a expensas de sus desconfianzas en el empiece.

Totalmente comprometida, con una integridad propia y una sutileza técnica en todos los niveles, con actores no profesionales que rozan cotas eximias de interpretación, y con un guión espectacular a manos de un Jose Giovanni que posee un pulso para suavizar la trama poco habitual, que sin lugar a dudas es la esencia del film, sin menospreciar el acompañamiento visual y narrativo de Jacques Becker, en su máximo esplendor.

El foco aquí, es el proceso de preparación meticulosa del plan. Al igual que en “Rififi”, de Jules Dassin, los preliminares de realización del objetivo es la parte mas esencial de la cinta. La cantidad de detalles finales es formidable (la elaboración del periscopio con objetos tan comunes como un cepillo de dientes y vidrios rotos / o los señuelos de cartón que ponen bajo las sábanas en ilusión de que realmente están durmiendo) y la tensión de la obra está llevado con gran tino y sin pretensión en exceso.

Brillante. Genial. Onírica

Ver “Le trou” es pura satisfacción visual.