Y al final se quedó a las puertas de la obra maestra.

El comienzo no podía ser mejor, una fabula de dos niños traviesos y un juego demasiado peligroso si no se le sabe poner freno. Como digo, las travesuras infantiles son divertidas, incluso tiernas, y van originando espectativas de deliciosa película mágico-romántica, al estilo de "Amelie" o "los amantes del circulo polar" (ambas recomendadas). De hecho, en la adolescencia se vuelve divertida y picarona, dándole un gusto sabroso e intenso a la película.

El problema viene cuando después de esto, la película continúa a vueltas alrededor del amor platónico entre los personajes y dando excesivo protagonismo al juego de los retos, como si la película no supiera el momento adecuado para cuajar la historia de amor entre los personajes, hasta que es demasiado tarde y la historia ya no cuaja, si no que se deshace y se desinfla como un souflé sin suficiente levadura.

Y así, sin saber bien por donde terminar la película, parece que el guionista deja que la trama concluya siguiendo la el argumento del juego hasta sus ultimas consecuencias, sin introducir más giros decisivos en el argumento central, como si no hubiera tenido el valor de frenarlo a su debido tiempo. Una especie de quiero y no puedo.


No quiero decir con esto que la película sea mediocre, ni mucho menos, la historia es muy original, las putadillas que se hacen son siempre inesperadas la banda sonora cumple y se notan reminiscencias de Amelie en la fotografía muy bien usadas por cierto.Los actores resultan muy creíbles en sus papeles y en general la película, incluido su controvertido final, merece mucho la pena.

Pero podía haber sido mejor.