Recuerdo la primera vez que vi esta película. Cometí el error de pagar la entrada del cine para hacerlo, aunque afortunadamente no eran tan caras como lo son ahora. Yo, dispuesto a pasar un mal rato, me senté en la butaca (la sala estaba casi vacía) con un paquete de palomitas en una mano y un refresco en la otra. Más que pasarlo mal, me reí.

La historia, aunque poco original, podría haber sido muy interesante y, bien llevada realmente acojonante. Sin embargo, el guion es tan flojo que el resultado final es una película sosa, repleta de sustos basados única y exclusivamente en golpes de sonido y encima previsibles, con escasísimos momentos con un mínimo de tensión o nervios. La historia es lenta, se hace aburrida y pesada, no consigue hacerse del todo interesante y mucho menos llega a enganchar. Y es una pena, pues es un tema que a la mayoría de nosotros nos ha obsesionado a lo largo de nuestra infancia.

Las actuaciones no están del todo mal, algunos personajes transmiten algo, aunque no cabe duda de que haya mejores actores y actrices. Los efectos tampoco están mal. El final, simplón como pocos.

En conclusión, la película es mala. Floja y demasiado infantil, pero aún así, las hay peores…!