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Voto de Mary_Agurod:
5
Drama Cuando a Jon, un adolescente conflictivo, lo expulsan del colegio, su madre lo manda a vivir con su abuelo Max, un militar retirado que estuvo en la guerra de Bosnia y que ahora vive en un pueblo de la Costa de la Luz. Pero a Jon le gusta vivir peligrosamente, y su abuelo se ha convertido en un hombre de costumbres tranquilas. Los dos tendrán que enfrentarse a sus limitaciones y a sus miedos. (FILMAFFINITY)
11 de agosto de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracia Querejeta, hija de Elías Querejeta, y directora que ha sabido crear una filmografía propia con títulos como Cuando vuelvas a mi lado (1999), Héctor (2004) o Siete mesas de billar francés (2007), firma en Quince años y un día un drama esperanzador un tanto descafeinado, pero con interpretaciones destacadas (en especial de Maribel Verdú y Tito Valverde) en donde de nuevo, la cámara de esta autora se posa en los sinsabores de las relaciones familiares.

La película gira en torno a Jon (Arón Piper), un joven rebelde de 14 años a quien no le van las medias tintas en la vida. Jon parece estar de vuelta de todo pero tampoco podríamos considerarlo como excesivamente conflictivo (es un angelito si tenemos en cuenta a otros adolescentes de ficción o incluso de carne y hueso ). Un día el chico es expulsado del colegio una temporada y su madre (Maribel Verdú), viuda y actriz en paro e incapaz de lidiar con él, decide que solo su padre Max (Tito Valverde), un exmilitar estricto y separado que vive en la Costa de la Luz, puede enderezarlo.

El planteamiento es sencillo y parece que va a deparar en la típica relación de contrastes (empezando por el contraste geográfico) entre personajes muy diferentes, algo visto en el cine pero que si tiene fuerza sigue emocionando al espectador. Pero aquí esto no sucede en casi ningún momento (las chispas casi no saltan entre abuelo y nieto) y hacia el segundo acto la trama principal queda engullida por una subtrama más parecida a un capítulo de El comisario, la serie de tv que protagonizó el mismo Tito Valverde. Da la sensación de que el guion, para mí la parte más débil del film, ha querido tocar muchos temas en poco tiempo (el fantasma del paro también está por ahí) y no se ha explotado lo suficientemente bien (salvo en un par de escenas más emotivas) el material sensible que tiene una historia como esta, una historia con la que a priori todo el público puede sentirse más identificado (unos por ser padres, otros por ser adolescentes confusos...)


En definitiva, Quince años y un día es una película correcta, pero que no ha logrado removerme por dentro, algo fundamental en una película que toca el tema de las emociones. Probablemente, no se deba tanto al perfil de los personajes (algunos manifiestamente mejorables como el de la inspectora Aledo) como a ciertos aspectos del guion de Querejeta y Santos Mercero. Como ejemplo, los diálogos, algunos muy forzados y poco naturales. En cualquier caso, se trata de un nuevo e intimista acercamiento de la directora a las relaciones y ausencias familiares, esas que nos marcan para bien y para mal.

Lo mejor: Maribel Verdú (monólogo del hospital y escena con la policía hablando sobre sus hijos). El regreso de Tito Valverde (atención a la escena entre Tito Valverde y Susi Sánchez sobre porqué el primero decidió romper el matrimonio). Banda sonora. Fotografía. Sfia Mohamed, la más natural de todos los jóvenes intérpretes.

Lo peor: La sensación que te queda de ser una película demasiado light pese a que toque temas importantes.

@Cineenconserva
http://www.cineenconserva.com/
Mary_Agurod
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